Junto con sus compañeros y los auxiliares del centro, los güelinos plantan, riegan y cultivan sus hortalizas. Se trata de una terapia que cada día cuenta con más adeptos de todas las edades y circunstancias. Y es que está demostrado que con la huertoterapia conectamos con la tierra y desarrollamos algunas habilidades como la paciencia o la concentración.
Durante todo este tiempo hemos visto cómo los usuarios sacan sus propios beneficios de cultivar la tierra, ya sea como momento de distracción, para aprender si no lo habían hecho antes o como vía de escape para el estrés y el ritmo del día a día. Porque, ¿quién ha dicho que a cierta edad no se pueden aprender cosas nuevas?